lunes, 26 de noviembre de 2012

¿ésta sensación agradable (una sensación que también puedes obtener de actividades saludables como jugar deportes) realmente vale la pena por todas las cosas malas que los cigarros te hacen?

Si el tabaco se intentara introducir hoy en el mundo occidental, probablemente sería prohibido por las autoridades sanitarias que controlan la introducción de nuevas drogas. La nicotina y el alcohol son probablemente las dos únicas drogas adictivas social y masivamente aceptadas en la actualidad pese a estar demostrada su acción perjudicial para el ser humano.

El acto de fumar -particularmente cigarrillos- es un factor de distintas afecciones, no solamente para el fumador activo sino para el pasivo, esto es, para aquél (niño, bebé, embarazada o adulto en general) que sin ser fumador está expuesto al humo ambiental generado por los que si lo hacen. Ningún gobierno se atreve a prohibir el uso del tabaco, ya que está muy extendido y proporciona enormes ingresos al erario público. Sin embargo estos ingresos se ven contrarrestados por los también enormes gastos en salud que el vicio genera. Los daños que el tabaco genera en la salud son múltiples y todos graves: enfermedades cardiovasculares, respiratorias, tumorales y circulatorias periféricas están en la lista. Palabras como infarto, cáncer, enfisema, bronquitis, invalidez, forman parte del vocabulario médico habitualmente relacionado con el cigarrillo. Ante estas palabras y lo irremediable que parece significar el sólo pronunciarlas: ¿Vale la pena dejar de fumar?, ¿Acaso el mal ya no será irremediable después de tantos (o tan pocos) años de vicio? Todos los estudios parecen indicar que siempre vale la pena dejar de fumar. La interrupción inmediata reduce sensible y más rápidamente de lo que creemos las posibilidades de muerte o enfermedad. Indudablemente el mejor camino para dejar de fumar es simplemente dejar de fumar.

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión Maestra.

    EL RIESGO PARA LA SALUD PERDURA EN EL TIEMPO

    • Los fumadores que pueden abandonar el hábito antes de cumplir 50 años tienen menos de la mitad de riesgo de morir durante los próximos 15 años que aquellos que continúan fumando.

    • Esta reducción del riesgo es aún sustancial para los menores de 70 años que abandonan el hábito.

    • Luego de 10 años de abstinencia el riesgo de cáncer de pulmón es entre un 30 y un 50% menor que para los que siguen fumando.

    • Para otros tipos de cáncer (cavidad oral, esófago, etc) sólo se necesitan 5 años de abandono para reducir el riesgo a la mitad.

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